La EASD se niega a participar en un concurso de diseño que premia al ganador con 300€, un lote de productos y visibilidad

El Ayuntamiento de Pesquera (Cantabria, España) ha convocado un concurso para diseñar el cartel anunciador de la Feria Internacional del Queso Artesano de Pesquera del año 2017. Entre los convocados –a quienes les han enviado las bases del concurso– está la EASD Valencia (Escola d’Art i Superior de Disseny de València), que ha respondido a esta iniciativa con un escrito en el que se posiciona en contra del trabajo especulativo.

Ante la invitación a participar en un concurso de diseño abierto a «cuantos artistas y diseñadores estén interesados en el mismo», en el que el ganador obtendrá un premio de «300 € más un lote de productos de la feria para el trabajo ganador, así como la importante repercusión de ser el cartel anunciador […]», y en el que el jurado está compuesto por «el público asistente a la Feria Internacional del Queso Artesano de Pesquera de este año presente 2016», la EASD Valencia les ha respondido con una negativa, rechazando la propuesta, exponiendo porqué la escuela está totalmente en contra del trabajo especulativo y explicando cómo debería ser un concurso correcto a su parecer:

«Recientemente hemos recibido las bases del concurso que ustedes han convocado. Remitimos este escrito con la intención de que comprendan nuestra postura ante el trabajo especulativo. La EASD es totalmente contraria al trabajo especulativo y por ende a los concursos abiertos. Entendemos que ante estos existen las alternativas de los concursos restringidos o de la llamada a proyecto. Ahora explicaremos el porqué y cuáles son las diferencias:

El concurso abierto consiste en un concurso en el que puede participar cualquiera. A través de unas bases públicas que son el único contacto del participante con el convocante (cliente). De esta manera, el participante no puede defender su propuesta delante de un jurado si no que ha de mandar su propuesta en un formato cerrado. Únicamente se paga a los ganadores (puede haber más de uno). El jurado suele tener un profesional de manera testimonial, pero está compuesto en su mayoría por personas ajenas al mundo del diseño y por lo tanto sin criterio profesional para valorar las mejores propuestas, desde el punto de vista del Diseño. Recordemos que se trata de un concurso de diseño, no de una decisión política, por lo que el tema de votar no es preceptivo. Se necesita la opinión de expertos, ¡vaya!

El concurso cerrado es un concurso restringido a un número concreto de profesionales. A todos ellos se les paga. El ganador desarrolla el proyecto y cobra por ello. Siempre, el premio estará a la altura del valor de mercado del trabajo. El jurado suele ser eminentemente profesional. Suele haber un representante de la administración que hace las veces de secretario del tribunal, para, sobretodo, facilitar la labor a los profesionales.

Los concursos abiertos, normalmente evitan el contacto entre los participantes y el que convoca. Limitando la información, exclusivamente, a unas bases que, a todas luces, no son suficiente para desarrollar el proyecto. Suelen dar a entender la profesión del Diseño como una ocurrencia, basada en el ingenio o el buen gusto, perpetuando la idea del diseño como una cosa meritoria, de talento artístico. Nada más lejos de lo que en la EASD Valencia (y entendemos que en todos los centros de enseñanza de Diseño) queremos hacer.

Los concursos abiertos, venden la idea de que cualquiera puede ser válido para hacer un diseño eficaz y comunicativo. Si esto fuera así, ¿para qué existen las escuelas y los profesionales del diseño? Las escuelas, no podemos, de ninguna de las maneras, apoyar concurso que vendan esta idea.

Los concurso pueden ser útiles, incluso obligatorios en otros sectores (obra pública, por ejemplo), esto es debido a que para presentarse al concurso no realizan ni si quiera el 10% del trabajo. En el mundo del diseño, en los concursos, se presenta prácticamente el 100% del trabajo, normalmente terminado a la espera de producirlo. Por lo tanto si no te pagan por haber hecho el 10% de algo, no es un problema muy gordo, mientras que si haces el 100% del trabajo y no te pagan, tienes que cerrar el estudio casi seguro. Aún en el caso de pedir cierto nivel de presentación tipo la “idea”, en Diseño es precisamente esta parte la que más cuesta y la más importante.

Por otro lado, la finalidad del concurso abierto no es fomentar las oportunidades, sino obtener soluciones donde elegir. Se piensa que cantidad es sinónimo de calidad. Esto no es correcto. La mejor solución sería una llamada a proyecto, por la cual se pide a una serie de profesionales que previamente se han elegido por su currículum (aquí está la calidad), que desarrollen una idea y se les paga por ello. Una vez elegida la mejor propuesta, se termina el proyecto, pagando el trabajo completo al profesional. De esta manera te garantizas un trabajo bien hecho.

Aunque la EASD Valencia es contraria a este tipo de concursos abiertos, comprendemos que puedan resultar útiles para determinados fines, siempre ajenos al diseño y a su docencia. En este caso, para nosotros un concurso si no es cerrado, debe, por lo menos respetar estos puntos fundamentales:

  1. El jurado ha de ser profesional. Si no totalmente, por lo menos en su mayoría. Esto permitirá que la elección sea por criterios puramente de Diseño (técnicos y profesionales).
  1. El premio deberá estar siempre en su valor de mercado y nunca por debajo. Entendemos que no han de hacerse los trabajos para abaratar costes. Si necesitas ayuda para saber el coste, puedes contactar con las diferentes asociaciones de Diseñadores que existen en todo el país.
  1. Las bases han de estar completas, definiendo los objetivos, la finalidad del concurso, los requisitos, etc. En ellas debe aparecer la composición del jurado, los premios, condiciones de participación, y los derechos de autor. Estos han de ajustarse a derecho y ser respetuosos con el autor, especificando los usos y, si hubiera, el contrato de edición o por lo menos las condiciones en que se pactará dicho contrato con el ganador.

Por otro lado, desde la EASD Valencia, recomendamos la utilización de alternativas a los concursos abiertos. Según nuestro criterio, existen dos, el concurso restringido, en le que se invita a unos pocos profesionales a los que se paga por participar. Están en contacto directo con el convocante y presenta a este directamente sus propuestas. Finalmente al ganador se paga más y se le da a desarrollar el proyecto.

La otra alternativa es lo que el ADCV (Asociación de Diseñadores de la Comunidad Valenciana) ha propuesto como “llamada a proyecto”. Consiste en juzgar los méritos profesionales de un grupo de diseñadores elegidos por el convocante y a los que se pide únicamente un portafolio, un CV, y una carta de motivación. De este grupo puede elegirse directamente una opción, o desarrollar un concurso restringido de un grupo más reducido.

Desde numerosas asociaciones de diseñadores se han pronunciado sobre los concursos abiertos y el trabajo especulativo, ADCV, ADG-FAD, APIV, y muchas otras, también extranjeras ICOGRADA, ICSID, AIGA.

Podéis consultar también la web: www.no-espec.com (en inglés), con infinidad de documentación al respecto.

Por último mencionar este artículo de reciente publicación: ‘Concursos de diseño gráfico ilegales’

Para cualquier duda que tengas, ponte en contacto con nosotros.

Esperamos poder trabajar juntos en futuros proyectos.

EASD Valencia».

La EASD no es la primera que rechaza este tipo de iniciativas y se hace eco de lo perjudicial que pueden resultar para el sector los concursos de diseño o procesos especulativos de diseño gráfico. Por ejemplo la Asociación Galega de Diseñadores se posicionaba contra los concursos de diseño en este artículo y la Red Española de Asociaciones de Diseño Gráfico, Interior y Producto (READ) lanzaba este comunicado a raíz del concurso del logo para la candidatura de Madrid como ciudad aspirante para acoger las Olimpiadas de 2020.

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