Hoy, 29 de agosto de 2018, se celebra el Día Mundial del Gamer por décimo año consecutivo. Una iniciativa que surgió en 2008 por parte de las revistas especializadas en esta industria y que, a día de hoy, se encuentra más vigente que nunca.
El auge de los videojuegos durante los últimos años es algo que ya muchos auguraban, y su continuo crecimiento de cara al futuro con la implantación de nuevas tecnologías – como la realidad virtual o mixta – es algo innegable. Hace menos de una semana, se celebraba en Colonia (Alemania) la Gamescom – la feria más importante de videojuegos de toda Europa – y allí se reunieron las grandes y pequeñas productoras de videojuegos de toda Europa para poner en pie el valor del videojuego.
En esta ocasión, España fue el país invitado a esta gran feria de videojuegos por la que pasaron más de 300.000 visitantes. Y, esto, hizo que el ministro de Cultura y Deportes, José Guirao, visitase la Gamescom reafirmando el valor del videojuego como cultura. «Hay que trabajar para dar una imagen verdadera del videojuego, su base es creativa y sus valores son igual de importantes que los de un libro o una película; lo que cambia es el soporte», manifestó Guirao.
Sin embargo, la presencia del Ministro de Cultura en un evento de la industria del videojuego no es la única muestra del cambio de visión que se ha dado respecto a ella. Tal y como se publicó a finales de junio de este año, los ingresos de esta industria en España crecieron un 17% solo en 2017, lo que ha hecho que desde las instituciones se haya prestado más atención. Tal y como señalaba la Asociación Española del Videojuego (AEVI), en el plan de Cultura 2020 se recoge la constitución de la primera Mesa de trabajo permanente entre el Gobierno, las Comunidades Autónomas y la propia industria del videojuego.
Los objetivos de este plan, como no podía ser de otra forma, son los de impulsar el apoyo nacional y fomentar la inversión extranjera en el sector español. Actualmente, la industria española de los videojuegos está posicionada como el noveno mercado mundial y el cuarto mercado europeo.
El divulgador y doctor en biomedicina Pablo Barrecheguren escribía en una de sus colaboraciones para Jot Down: «Cuando alguien me dice que no juega a videojuegos me genera la misma sensación que las personas que nunca leen libros o no van al cine. Son historias que se pierden». Y es que, con el crecimiento y la consolidación de esta industria se ha vuelto una realidad que cada videojuego te puede contar una historia diferente a lo antes visto, ya no es solo puro entretenimiento. Hay, incluso, quien lo lleva un paso más allá y habla de cómo los videojuegos nos pueden ayudar a comprender aspectos de la vida social como el trabajo, la educación, el poder o la identidad de nuestro mundo.
Lo que es indudable es que el videojuego poco a poco ha ido alcanzando el estatus que se merece y se ha posicionado a la par del libro, de la música y el resto de elementos culturales que conforman nuestra sociedad.