Darío Adanti. Dibujante de cómics e ilustrador. Cofundador de la revista Mongolia, donde escribe y dibuja.

¿Cómo te autorretratas?
Camisa, camiseta, sombrero.
¿De qué color ves la vida?
Marrón, el optimismo y el pesimismo son equidistantes a la lógica.
Redes sociales.
Soy vago, tengo que ajustar el tamaño de la letra.
Trabajo más controvertido.
Sobre religión. Cristo Rey con la bandera LGTBI. También molestó mucho el de Ortega Cano. No quiero que el libro venda por la cara del famoso, sino por su contenido.
¿Qué te encantaría hacer?
Me gustaría sacarme el carné de barco. Aun así, soy un desastre conduciendo. Aun así, lo más contaminante es el comercio marítimo, no debemos creer la idea de que lo que más contamina son los coches y los aviones. En el mar hay barcos inmensos de gasolina.
¿Elecciones Madrid?
Me siento como el típico inmigrante mexicano que se vuelve facha. Hay que votar. Yo votaré a la derecha. Ayuso ha hecho una buena gestión de la pandemia en Madrid.
«Me va a dar mucha rabia volver a estar sin mascarilla porque me empezarán a juzgar como persona»
Darío Adanti
¿Qué es lo primero que vas a hacer cuando nos quitemos alas mascarillas?
Me va a dar mucha rabia volver a estar sin mascarilla porque me empezarán a juzgar como persona. Me va a dar gusto quitarme la mascarilla y poder salir con mis amigos a comer o invitarles a mi casa. Aun así, también me va a dar miedo, no tengo 20 años. Ojalá esta situación nos ayude a desarrollar la higiene y la prevención. Igual la mejor forma de evitar los contagios de enfermedades como la gripe es ponerse siempre la mascarilla. Quiero empezar a quedar en el interior y no tanto en el exterior. Me gustaría ir a las casas de mis amigos y que ellos vengan a la mía. Sueños postpandémicos no tengo, porque no me acuerdo de ellos.
¿Cuál es el proyecto por el que te han criticado más?
Para criticar primero un libro hay que leerlo. Muchas veces los critican antes de leerlo o leen los libros del final al principio. Como en el caso de La ballena tatuada.
Consejos para las personas que se dediquen a la ilustración.
Tener una pasión desbordante, auto obsesionarse con algo, pelear con las propias limitaciones, nos importa mucho sentirnos ridículos y el qué dirán. Hay que saber animación, saber escribir. Es un proceso creativo. No hay que encasillarse, hay que dedicarse a varias cosas para sentir la adrenalina. El oficio de ilustrar es meterte en diferentes proyectos, salir de tu zona de confort y tirarte a la aventura.