La tira cómica de Calvin y Hobbes es leyenda. Escrita y dibujada por Bill Watterson –un publicista hastiado de su trabajo que encontró en el dibujo su válvula de escape– Calvin y Hobbes relata en clave de humor las peripecias de Calvin, un chaval de 6 años con una mente extremadamente imaginativa, y Hobbes, su tigre de peluche enérgico, sarcástico y al que Calvin habla como si fuera real. El próximo mes de noviembre se estrena el documental Dear Mr. Watterson, que relata la historia y cómo ha influenciado una de las tiras cómicas más célebres mundialmente.
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Bill Watterson dio vida a Calvin y Hobbes en los ratos de aburrimiento y hartazgo de su trabajo como publicista. La tira cómica nació en 1985 y se publicó diariamente hasta el 31 de diciembre de 1995. El humor cuidado e inteligente, las observaciones agudas e ingeniosos comentarios políticos y sociales por parte de sus protagonistas catapultaron la viñetas de Watterson al éxito. En sus 20 años de historia, los dos personajes han aparecido en más de 2.400 periódicos y se han vendido más de 30 millones de ejemplares de los 18 libros recopilatorios que se han editado. Calvin y Hobbes son un referente de la cultura popular, incluso en la actualidad. Dear Mr. Watterson es el nombre del documental que este próximo mes de noviembre se estrenará en las pantallas.
Este proyecto documental Dear Mr. Watterson nació hace cuatro años a través de la plataforma Kickstarter. En este periodo de tiempo se han realizado entrevistas a caricaturistas, actores y otras celebridades. Y es que, bajo su aparente sencillez, Calvin y Hobbes es una de las tiras cómicas más complejas de finales del siglo XX. No sabemos lo que pensará Watterson del proyecto, dada su negativa a recibir cualquier tipo de protagonismo u homenaje. De hecho, a permitir que la tira cómica se convirtiera en una serie animada.
Calvin & Hobbes son de los pocos personajes inmortalizados en viñetas que no han traspasado el papel para dar el salto al vasto mundo del merchandising –llaveros, toallas, tazas, lápices, camisetas, etc.– debido a las convicciones anticomerciales de Watterson, motivo por el que los escasos objetos oficiales son codiciados por coleccionistas. El dibujante creía que el valor artístico de los cómics estaba siendo minado, y que el espacio que ocupaban en los diarios era cada vez menor. En cierta ocasión, Watterson dijo: «Soy caricaturista, no el jefe de una fábrica de Calvin y Hobbes».
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+info: dearmrwatterson.com