Ana Galvañ (Premio Gràffica 2016) es ilustradora y dibujante de cómics desde hace diez años. Estudió en la Facultad de Bellas Artes de Valencia y se especializó en creatividad y dirección de arte. Tras trabajar seis años en el sector publicitario, se lanzó al mundo de la ilustración. Actualmente vive en Madrid, donde trabaja desde su propio estudio en el ámbito del diseño editorial y publicitario. Pasa sus días pegada al ordenador y a la tableta, una tarea que ha abandonado durante unos minutos para contestar a las preguntas de Gràffica.
¿Consideras que el día de la Mujer es el único momento en el que se le reconoce por su trabajo?
Es complicado, además del trabajo profesional, hay mucho trabajo que permanece oculto y no se valora. Atender a la familia, a los dependientes, realizar las tareas domésticas… Son cosas con las que siempre solemos cargar nosotras. Es necesaria la manifestación del día de la Mujer, pero es algo que tenemos que tener presente durante todo el año.
Cada vez más medios incorporan noticias relativas a mujeres ¿Responde a una moda o es algo que ha llegado para quedarse?
No considero que sea una moda porque sí que está produciéndose un cambio de paradigma. Hay una lucha, una unión y una movilización feminista a nivel general. Las sociedades modernas están empezando a tomar conciencia de la desigualdad que existe entre hombres y mujeres. Pero, por otra parte, también es cierto que esa igualdad que buscamos tampoco interesa al sistema. De hecho, están apareciendo grupos de presión y grupos políticos que están en contra de esta igualdad de oportunidades, sectores conservadores a los que no les interesa. Ana Galvañ
Cada vez hay más mujeres formándose en el sector. ¿Cómo crees que va a evolucionar y afectar al futuro?
Desgraciadamente, suele pasar que, aunque haya una mayoría de mujeres estudiando artes o humanidades, después, a la larga, siempre acaban predominando ellos. Las estadísticas reflejan que más mujeres estudian arte, pero luego tan solo representan un 10% de los perfiles exitosos. En el mundo de la ilustración y el diseño también se ha demostrado que las mujeres cobran un 40% menos que los hombres. Sí que es verdad que hay más mujeres preparándose, pero luego…
«Las estadísticas reflejan que más mujeres estudian arte, pero luego tan solo representan un 10% de los perfiles exitosos. En el mundo de la ilustración y el diseño también se ha demostrado que las mujeres cobran un 40% menos que los hombres».
Dentro de tu ámbito, ¿crees que habrá igualdad en algún momento?
Va a costar mucho. Antes comentaba la situación en el sector del diseño, pero en el sector de la moda o de la cocina, que son campos en los que la mujer siempre ha tenido una mayor presencia, ocurre lo mismo: los cocineros y los modistas más reconocidos son hombres. Así en todas las áreas. Nos queda muchísimo y tenemos unos adversarios que son inteligentes y son fuertes, no van a ponérnoslo fácil.
¿En alguna ocasión te has sentido discriminada en tu trabajo o has sentido que tenías que demostrar más por el hecho de ser mujer? Cuéntanos cómo fue la experiencia.
Claramente, sí. Estuve seis años trabajando en el sector de la publicidad y era directora creativa. La experiencia fue complicada, tenía que ser buenísima y hacer un esfuerzo enorme y, aun así, valoraban más a mis compañeros, les ascendían y les pagaban mucho más. Ahora, en el universo de la ilustración y del freelancismo, al trabajar desde mi estudio, no estoy tan en contacto con esa estructura patriarcal.
¿Por qué crees que faltan mujeres en puestos de liderazgo?
Por una cuestión de base de educación. Para empezar no se nos enseña a las mujeres a querer esos puestos, se nos educa para estar en un segundo plano, a que nos dé un poco de vergüenza tan solo de pensarlo. En inglés se utiliza el término bossy, como que la mujer que tiene algo de poder se convierte en una “mandona”. Cuando un hombre es poderoso no tiene esa connotación tan negativa. A nosotras nos ha faltado apoyo. Afortunadamente, ahora que hay más sororidad, las pocas mujeres que hay en puestos de poder están echando una mano al resto, pero queda mucho todavía.
«A las mujeres no se nos enseña a querer los puestos de liderazgo, se nos educa para estar en un segundo plano, a que nos dé un poco de vergüenza tan solo de pensarlo».
¿Existen temas de mujeres y temas de hombres o miradas femeninas y masculinas?
No lo creo. Borja González hace cómics de princesas y Carla Berrocal hace cómics de acción. Ellos están saliendo de esa presión social de género que quiere que las mujeres seamos las más sensibles y los hombres los más valerosos. Somos mucho más libres que eso, el hombre puede ser igual de sensible que la mujer y la mujer igual de valiente y poderosa que el hombre. Pero sí que es cierto que, a mí como ilustradora, me han encargado trabajos por el hecho de ser mujer y no me parece bien, no me gusta. No debería importar eso, deberíamos estar por encima de los géneros, deberían llamarme porque mi trabajo conecta con lo que se quiere comunicar.
¿Dentro de tu sector a qué mujeres admiras? Recomiéndanos el trabajo de alguna de ellas.
Admiro muchísimo a Sònia Pulido. Ha hecho la campaña de las Fiestas de la Mercè de 2018 y es fantástica. Un póster general y 19 complementarios en los que se celebra el empoderamiento femenino, la diversidad, el optimismo o la solidaridad. Además, recibió la Medalla de Oro de la Sociedad de Ilustradores de Nueva York en noviembre por este mismo trabajo.
Esta última pregunta está abierta a cualquier reflexión que quieras lanzar…
Sigamos unidas, sigamos luchando y salgamos a la calle. Entiendo que hay personas que piensan que no es necesario, pero lo cierto es que nos queda mucho. Cuando era más joven, pensaba que no era tan necesario, pensaba que con encontrar un buen trabajo era suficiente, pero no es verdad. Me gustaría que ilustradores, ilustradoras y jóvenes sepan que no es así y que tenemos mucho trabajo por hacer. Ana Galvañ