Hacemos una pausa para escuchar, observar, reposar lo aprendido y —¿por qué no?— para celebrar nuestra historia y coger fuerzas para seguir construyéndola.
No todos los años son iguales, algunos años permanecen en la memoria como años cruciales, otros como años más anodinos, pero en todos los años suceden cosas. Eso es lo bueno, y aunque todos los años vienen con los mismos días, o casi todos, no en todos los años caben las mismas cosas.
Tenemos que confesar que hace un par de años imaginamos que los Premios Gràffica se iban a celebrar en el 2022 en nuestra tierra, Valencia, pero no nos engañemos, la vida no es como la imaginamos, la vida es como es, aunque a veces la imaginemos con acierto.
2022 significará una pausa para los Premios Gràffica. La creatividad también implica asumir cambios, enfrentarse a incertidumbres y saber generar pausas. En Gràffica, el 2022 ha sido un año en el que han sucedido muchas cosas y hemos decidido optar por la pausa para escuchar y frenar, para ser conscientes de que decidir es una elección y no un drama y está muy bien que así sea… También para homenajear los Premios, compartiendo las experiencias de algunas personas han sido premiadas a lo largo de todas las ediciones.
Los Premios Gràffica son uno de los proyectos del año que más ilusión nos hace, y que más disfrutamos, uno de los proyectos más humanos, donde la socialización de la creatividad, la diversidad y las disciplinas nos muestran que el mundo es cada vez más sorprendente e interesante.
Cada año los organizamos con sumo amor y dedicación, buscando aliados, que no son casuales, y que año a año nos han mostrado su ilusión y ganas con su implicación… Es difícil transcribir con letras las vivencias y la atmósfera que cada año se ha generado en una ciudad diferente.
Es impagable poder observar las ilusiones, desde los sonidos de esa primera llamada donde las voces que no se esperan ser premiadas muestran la sorpresa hasta los abrazos en el encuentro y el intercambio de conocimientos e intereses comunes que germinan en esa gran fiesta de la creatividad que viene sucediendo en cada una de las ediciones.
Como podréis imaginar, en más de 12 años de Premios nos ha pasado de todo, desde aquella primera edición con premios tan emotivos, necesarios y cargados de sentido a Paco Bascuñan y Román de la Calle a cuando nos partió un rayo (literalmente) paralizando la proyección con el evento en marcha en el Palacio de la Magdalena en Santander; aterrizajes forzosos en Bilbao con los que nuestros premiados tuvieron una fatídica experiencia y fueron protagonistas del informativo; ser abrigados por las estrellas del impresionante manto nocturno del Teide, habitar un mar de lágrimas de emoción que inundó el teatro con la conferencia de Fernando Beltrán en La Laguna; tener que alargar el tiempo de evento porque las aventuras de vida de Pepe Cruz Novillo se quedaban cortas; comprobar las ilusiones de talentos emergentes que hoy se han hecho mayores brillando o saber de affaires que surgieron en las fiestas y cambiaron vidas, en esto siempre seremos discretos. Y presenciar tantas y tantas otras relaciones profesionales que coincidieron en unos Premios Gràffica y se materializaron de una manera u otra posteriormente.
Los Premios Gràffica también son un importante hub para la creatividad y esto es muy bonito.
Aunque los tres momentos más tristes y complejos a nivel emocional, sin ninguna duda, los han marcado las pérdidas, las de tres grandes profesionales, queridos y humanos… La más reciente la de Calpurnio (Premio Gràffica 2020), que ha sucedido tristemente justo mientras se redactaban estas letras y que no pudo asistir a la entrega, a pesar de que le hacía mucha ilusión, ya que esta justo coincidió con el inicio de la batalla que al final la vida no le ha permitido ganar; la de Gallardo (Premio Gràffica 2013), también este mismo año fatídico para el sector de la ilustración en el que se ha quedado huérfano. Ambos nos dejan un gran legado.
Y la tercera, la pérdida que sufrimos en el 2018, de nuestra querida Joana Biarnés (Premio Gràffica 2018), tan solo 3 días después de compartir una agradable velada en la entrega de su Premio en Murcia. Ese día planificamos cosas que por desgracia no se pudieron cumplir, como otras tantas que suceden en la vida. Ante eso solo nos queda la certeza de que fue feliz en ese último homenaje, la suerte de haberlo compartido con ella y el legado de su gran obra.
Este año queremos celebrar la pausa con la escucha y con un homenaje a todos esos profesionales, esas personas, que han sido premiadas a lo largo de las más de 10 ediciones. Y a las personas que han sido nuestros cómplices y colaboradores indispensables para que esta celebración de la creatividad haya sido posible durante todos estos años.
A los Premios Gràffica nadie se puede presentar, un extenso jurado de profesionales es el que propone candidaturas y el que vota a los ganadores; y la entrega es un acto público y social de acceso gratuito porque en su ADN estuvo desde el principio democratizar la cultura y el diseño.
Cuando creamos los Premios, los concebimos siempre pensando en la itinerancia, en que cada año se celebrasen en una ciudad diferente, eso es precioso, pero también significa un esfuerzo titánico cada año, ya que cada año es comenzar de cero, nuevas instituciones, nuevas sedes, nuevos interlocutores, nuevas conexiones, alojamientos… Pero ese esfuerzo es cada año recompensado con creces al comprobar que, en todas las ciudades, ayuntamientos, diputaciones, cabildos, centros culturales referentes como Caixaforum, el Museu del Disseny de Barcelona, la Térmica de Málaga, el TEA de Tenerife, el TEM de Valencia y muchos más han acogido los Premios con suma hospitalidad y orgullo, con esa comprensión e ilusión desde el inicio al sentir y ser conscientes de lo que significaba que los Premios se celebrasen en su ciudad…
Las pausas son buenas, y los Premios Gràffica regresarán. Como dirían nuestros queridos Vetusta Morla (Premio Gràffica 2019): «Nos quedan muchos más “premiados” por abrir…». Y premiadas :-)
Si tenemos que resumir, podríamos decir que los Premios Gràffica son unos Premios serios a la par que felices, y en estos momentos ya están pensando en la ciudad que los alojará en las próximas ediciones. Abierto el plazo de candidaturas :-)
una historia hecha por personas
Los premiados, los miembros del jurado, las instituciones públicas y las personas que en ellas trabajan, el equipo de Gràffica… personas que celebran los éxitos, el valor, la calidad de trabajo de otras personas. No están todos los que somos, pero este es nuestro breve recorrido por una historia de experiencias inolvidables y aprendizajes infinitos.
PEPE CRUZ NOVILLO
«En 2017 yo ya era bastante mayor, me hizo mucha ilusión saber que tanto vosotros como los colegas que me nominaron y votaron os habíais acordado de mí. Recuerdo emocionado lo bien que me trató todo el mundo en Santander, y la ilusión que me hizo ver después de tanto tiempo a queridos amigos como Pati Núñez, José Ramón Sánchez o Pepe Gimeno.»
DIEGO ARESO
«El diseño, en España, necesita visibilidad y prestigio, y cada edición de los Premios Gràffica ha contribuido enormemente a poner rostro público al talento de decenas de profesionales. Cualquier fiesta pública del diseño, y más si se hace desde la independencia y el buen criterio, acrecienta el prestigio social de la profesión.»
EDUARDO DEL FRAILE
«Es un premio al que no te presentas, son los compañeros de profesión los que te escogen
y por lo tanto es un orgullo profesional que valoren la trayectoria del trabajo realizado. Este año no se celebran y personalmente me parece acertado, hacer un tiempo sabático y bajar la intensidad, dedicar un tiempo para
entender mejor tu trayectoria.»
JAIME SERRA
«Vivo aislado del mundo del diseño, desde mi lugar, recibir un Premio Gràffica es un modo de apreciar que el trabajo hecho tiene sentido. La entrega de premios fue una hermosa fiesta llena de enormes profesionales con los que compartir.»
DOMESTIC DATA STREAMERS
«Que tanta gente que admiramos nos reconociese el trabajo fue un tirón de energía increíble para continuar trabajando pese a estar trabajando en un sector hiperprecarizado que salía de una crisis y donde generalmente todo funciona por contactos (de los que nosotros no teníamos ni uno). Ademas creo que tanto Ana, Victor y todo el equipo que conforma Gràffica saben muy bien cómo generar familia.»